Una vez hayamos decidido que vamos a alquilar un barco, lo mejor es ponernos en marcha cuanto antes, para encontrar el barco adecuado. Si conocemos con antelación las fechas de nuestras vacaciones es recomendable que no lo dejemos para última hora, ya que tendremos pocas posibilidades de elegir, porque casi todos los barcos estarán ya alquilados. Y, con el auge imparable del alquiler de barcos, la gente cada vez está alquilando catamaranes, veleros y barcos de motor con más meses de anticipación.
Las empresas de chárter náutico suelen hacer descuentos durante la celebración de las ferias y salones náuticos. Por regla general este descuento es de un 5% sobre la tarifa oficial de alquiler.
Si dejamos las cosas para el último momento nos tendremos que conformar con las embarcaciones que nadie ha querido. A veces tendremos que cambiar el destino, o elegir un tipo de barco que no era el que inicialmente queríamos. Es cierto que existen ofertas de última hora donde se pueden encontrar buenas oportunidades, pero no siempre se ajustarán a nuestras preferencias.
Muchas empresas aplican descuentos al contratar más de una semana (desde un 5% a un 10%) , e intentan fidelizar al cliente que ya ha alquilado anteriormente con ellos, ofreciéndole interesantes descuentos si repiten en sucesivas temporadas.
Intente pactar con la empresa que les permitan pasar a bordo la noche previa o posterior al periodo alquilado. De esa forma conseguirán ahorrarse el hotel y hacer una primera toma de contacto con la que será su casa en los días siguientes.
El agente de chárter náutico
La elección del barco podemos hacerla directamente con la empresa de chárter o a través de una agencia especializada en alquiler de embarcaciones. La ventaja de hacerlo a través de un agente es que manejan un gran número de embarcaciones en sus carteras, y muchas veces van a poder negociar algún extra adicional gratuito, como pueda ser el fueraborda, equipos de snorkeling, padel surf, etc.
Los agentes de chárter náutico conocen los barcos, las tripulaciones y las zonas de navegación. Sabrán aconsejar al cliente y actuar de intermediarios ante posibles problemas que pudieran surgir. La ventaja de alquilar a través de un agente es que son profesionales independientes. Es recomendable acudir a aquellos agentes que no dispongan de barcos propios, ya que podrán aconsejar al cliente con objetividad, sin intentar alquilarle sus barcos a toda costa. Elegirán aquella embarcación que mejor se adapte a las necesidades de sus clientes.
Los servicios de una agencia de chárter son gratuitos para el cliente. Es la empresa propietaria del barco la que pagará sus honorarios. Un buen agente representa a muchas empresas de chárter, para poder mantener su independencia y no sentirse atado a ninguna en particular.
Firmar el contrato
Dependiendo del tiempo que falte todavía para que ocupemos el barco, la empresa nos pedirá una cantidad para que efectuar la reserva de la embarcación. Si todavía tienen que transcurrir varios meses esa cantidad será menor, aumentando a medida que nos acerquemos a la fecha de embarque.
Una vez hayamos firmado el contrato, y pagado la cantidad requerida, deben entregarnos dicho contrato junto con la factura o recibo. La empresa nos solicitará la lista de tripulantes y nuestro teléfono, así como una fotocopia de nuestro título náutico en caso de que el alquiler sea sin patrón y la vayamos a patronear nosotros. Es muy importante que nos proporcionen varios teléfonos de contacto, para poder comunicar cualquier incidencia importante o avería a bordo.
Por cierto que dichos teléfonos deben permanecer en la embarcación en un sitio bien visible, al alcance de todos los tripulantes.
A menudo, las empresas facilitan apoyo logístico previo a la fecha de partida. Por ejemplo: pueden gestionarnos el traslado del aeropuerto al puerto base, hacer una compra de víveres para que la encontremos en el barco a nuestra llegada, proporcionar algún chaleco adecuado si embarcamos algún niño con nosotros, etc. No es obligatorio que así lo hagan, pero una empresa seria intentará facilitar al máximo todo aquello que se encuentre en su mano. En ocasiones estos servicios deberán abonarse aparte, lógicamente.